De escuchar los murmullos de los fantasmas ibres de recuerdos transcutaneos... ligeros como hipopotamos en sustension bajo el agua.
Sin efusion suplementaria, escapar dulcemente a la melancolia, que sobre mi ojo que escucha, se cristaliza... detras de las tendencias romanescas, de los amores despedidos.
Quisiera tener el don de amansar las Rosas;
Me duermo cercado por perfumes raros, como el aroma de las horas intocables.
A la sombra de dos arboles enlazados, mis ojos contornan la hiperbola... de un amor... subcutaneo.
Escrito por zar. a las 28 de Septiembre 2004 a las 01:00 AM | TrackBack