Una silueta cansada sin parecer...
Una mirada entusiasta del heroe que demaseado vio...
Un corazon... de alcachofa vuelto sordo por las desilusiones de otros corazones sordos a los cantos ilusorios de un pobre corazon de alcachofa que cargado con sus historias de porcelana, entre precepciones y sentimientos inutiles y inconmensurables, va.
El entusiasmo zalamea, y desenrolla hacia trampas embrujadoras.
Solo quisiera creer un solo segundo al valor de un talento... rebajado.