Mi memoria se esfuerza de conservar la traza de un esplandor perdido.
Aqui, el horizonte, por su sola presencia, infanta milagros, y la benevolencia se lee en la cara del que se abandona al cielo moroso.
Tantas y tantas cosas pintadas y pintadas y pintadas y pintadas, tantas y tantas veces y tantas veces mas, sobre las murallas de nuestros recuerdos simples... simples y inverosemiles.