Echada esta la suerte, de un continente a otro, las cosas se desvencijan jugando con la suerte... y nuestros sueños lastimosos, aparecen helados sobre papel de agua.
En la faz escondida de la felicidad, Eva llora el efimero para siempre.
Nada de nuevo al Oeste del Eden, a parte de que las piedras empiezan a llover... sin embargo, el viento parece venir del Este.
Tantas y tantas cosas en esta vida tienen tan poca cosa que ver con la vida... pago para ver.
Estoy enturbiado por esta certeza
Ser maldecido no me da pavor...