me acuerdo de las cosas ordinarias... me acuerdo de los que me aprendieron a colorear mi vida... a resentir hasta poder tocar, la exaltacion profunda de las pulsiones sub yacentes que me absorban.
El furor del amor, el soplo del bailarin.
me acuerdo de los actos fallecidos,, de las mentiras, de los errores, del indeleble olvido sospendido a nuestros gestos... cierro los ojos y me acuerdo del tiempo cuando yo era un rastrillo que dibujaba, dibujaba sobre la arena de un jardin zen, las lineas prometedoras de una metamorfosis.