23 de Octubre 2004
Sobre los cojones de Cézanne
Tantos dias sobre nuestros labios pasaron... de mañanas hermosas en mañana hermosas, tantas noches laconicas sobre las calaveradas ingenuas de nuestros sueños ingenuos pasaron... Tantos verbos conjugados con o sin razon, tantas palabras garrapateadas y esparcidas, enlazadas con tantas palabras, conectadas con tantos sueños, unidas en tantos gestos, preparan la evasion.
Tantos dias sobre nuestros labios pasaron...
-"¡al siguiente!¡al siguiente!"
inexorablemente, tantos dias pasaron.
Sobre los cojones de Cézanne, los grises de Nicolas, los azules de Delacroix, la luz hedonista de Monet, tantos dias pasaron... Escrutando las matizes, a la manera de un jefe de orquesta obsesionado por la profunda extravagancia de un lamento eterno, en el fin del fondo del desierto de los desiertos, paso... paseo... contorno... atravieso...
y vuelvo a pasar... y vuelvo a pasar... en ese desierto absurdo como un hombre enamorado, que tembla de impaciencia, esperando un rayo bajo un cielo de color rosa... y negro; rosa y negro como el rosa y el negro de las alas del flamenco... impasible.
Tantos dias sobre nuestros labios pasaron... y, sin embargo todavia me acompaña esta pequeña frase:
Alguien como tu, siempre tendra tiempo que le sobra.
Alguien como tu, siempre tendra tiempo que le sobra.
Alguien como tu, siempre tendra tiempo que le sobra.
Alguien como tu, siempre tendra tiempo que le sobra.
Alguien como tu, siempre tendra tiempo que le sobra.