Este nombre se lo dio una ninfa, enamorada de Hercules.
Su amor la llevo a la tumba.
Una tumba por debajo de las aguas.
Despues de su muerte, fue metamorfoseada en una planta que llamaron nymphea para consagrar el recuerdo de su infortunio.
El Amor llevara nuestras siluetas singulares hasta orillas invisibles con mil y un perfumes... donde el deseo exangüe, se entretene a contornar los angulos invisibles del discurso amoroso.
Las flores son la prueba de la diversidad del nada.